Durante el pasado evento de Kaboom pude experimentar una sensación de cooperación, compañerismo y humidad, al llegar la comunidad nos recibió con una bienvenida muy sencilla pero con mucha expectativa, a continuación de una manera alegre nos ofrecieron un desayuno que estaban preparando en ese mismo momento, unos sopes, atole y café.
El trabajo y las ganas de participar no se hicieron esperar, estaba aún terminando mi café cuando solicitaron a 4 personas que pudiera acarrear y acomodar sacos de arena, desde ese momento las sorpresas fueron seguidas una de otra, en lugar de 4 personas llegamos 12, la actividad lo ameritaba pues los sacos de arena eran de 50 kilos.
Casi de manera simultánea Juan Manuel Ramírez de la fundación MetLife fué el encargado de dirigir las palabras que dieron inicio a las actividades de manera oficial, nos organizamos en equipos y cada equipo tenía un jefe designado, vecino de la comunidad, él ya tenía bien defina la actividad que le correspondía coordinar, una vez que nos pusimos de acuerdo e iniciamos las actividad no hubo necesidad de pedir que alguien hiciera algo en específico, es decir todos estaban atentos a lo que se necesitaba y algunos otros inclusive iban tratando de adivinar cuál sería el siguiente elemento a colocar para buscarlo y acercarlo.
Todos aun sin dominar las herramientas intentaban ayudar aunque fuera solo sostenido los materiales, algunos otros con un poco más de conocimiento de causa aportaban y opinaban al momento de ir armando los elementos, en estos días cuando los Mexicanos estamos más preocupados por los 43 desaparecidos, por las casas blancas, por el T.C. del Dólar y otros tantos problemas personales, pareciera muy complicado poder ponernos de acuerdo para construir algo juntos en un solo día, pero afortunadamente aún queda en nosotros un poco de humanismo y cooperación que nos hicieron logar el objetivo y compromiso con la comunidad de Cañadas de Cisneros.
José Franco